Espectáculo de teatro y danza española en el que se narran coreográficamente las relaciones entre indígenas americanos y conquistadores españoles.

Los psiquiatras del frenopático de Pruit proponen como de costumbre a sus enfermos una terapia de psicodrama, consistente esta vez en representar la vida de una tribu americana antes del descubrimiento. Los enfermos mentales reproducen de manera muy particular su especial concepción del mundo tribal, pero los más visionarios erigiéndose en líderes por su potente histerismo empezarán a confundir los médicos por los conquistadores españoles.

A partir de aquí el espectador recibirá la visión de los locos. Aparecerán Hernán Cortés, Pizarro y otros conquistadores, siempre bailando flamenco. Pelearán, destruirán y colonizarán en un doble juego de dirigir y colonizar el cerebro de los enfermos. La visión de la conquista americana, expresada mayormente a través de coreografías bailadas no impedirá que descubramos detrás la situación real de la relación entre pacientes y médicos. En medio de este baile de confusión, la visita al centro de la Directora General de Sanidad será vista por los enfermos como la visita de la Reina a la que ofrecerán la ejecución de una pieza de música culta símbolo del mestizaje y acceso a la civilización.

Al final desaparecerá la imagen del frenopático, apareciendo por entre la selva unos indios auténticos que corren aterrorizados perseguidos por unos individuos de habla inglesa que los van ametrallando, mientras otros ponen en marcha una motosierra. Los extranjeros simularán cortar la selva. Las 80 cuerdas caerán de golpe sobre el escenario. Será el auténtico 1992.