la obra
Estrenado el 14 de octubre de 1993 en el Teatro Municipal de Girona.
Se representó hasta el 14 de noviembre de 1994.
El teatro, como arte, parece destinado irreversiblemente hacia la pura exhibición museística y arqueológica. Los signos son evidentes. La gran complejidad burocrática y económica que existe hoy entre la simple formulación de la idea creativa y su realización práctica ha propiciado la intervención proteccionista de los Estados con su nuevo modelo neoliberal de nacionalización cultural.
Nuestro viejo oficio teatral agoniza entre asesores, consejerías y departamentos ministeriales. Las piojosas carretas han sido sustituidas por costosos edificios faraónicos, pero en el camino se ha perdido algo tan esencial como la obscenidad y la transgresión. Hoy cualquier representación es susceptible de obtener el Premio Nacional de Teatro y esta situación decadente es una responsabilidad exclusiva de todos los profesionales del oficio que, en su estúpida vanidad han querido ser algo más respetable que unos simples bufones.
Por ello, “Don Josep”, viejo acomodador de un antiguo Teatro Nacional ya degradado y sin actividad, pretende resucitar el arte teatral con unos indigentes que representarán el “Rigoletto”, personaje que él considera como el símbolo del teatro. Un oficio de canallas, bufones, juglares y payasos, todo lo contrario de los actores histriónicos, intelectuales y realistas que degeneraron la profesión hasta convertirla en un arte para funcionarios.
Don Josep
“El teatre és una collonada” me espetó un Josep Pla ya muy anciano después de conocerme. Era su adjetivo preferido y provocador que aplicaba a todas aquellas cosas a las que un grupo de gente otorgaba una especial importancia.
Reconozco que este Josep Pla impertinente, escéptico y apasionado a la vez, escondiendo detrás al gran sentimental, me resultó muy emotivo. Quizás porque su personalidad representaba también, un trozo de mi país, una generación de catalanes que yo he conocido ya en su vejez, especialmente en el entorno rural donde he pasado gran parte de mi vida.
No he buscado ningún paralelismo concreto entre el gran escritor y el personaje de “Don Josep”. Mi respeto hacia Pla y su obra me impiden cualquier aproximación teatral a su persona, que acabaría como siempre cuando los personajes son tan complejos, en la pura caricatura. La proximidad histórica no permite estas simplezas.
Pero, paradójicamente, a medida que componíamos el personaje de “Don Josep”, sarcástico, apasionada, pudoroso de sus sentimientos, feroz con la frivolidad del presente y nostálgico de un pasado mejor, surgían palabras, gestos y situaciones que me aproximaban al viejo escritor. En el fondo, estos recuerdos aparecían cuando necesitábamos al ardiente antagonista de la realidad mediocre.
Por ello, he querido respetar esta sutil penetración del recuerdo, aunque sólo lo justo, para que quede intacta la memoria de aquel anciano tan apasionado en sus fobias como en el amor a su tierra. Me he permitido, sólo, ponerle la única cosa que no le era personal: su nombre.
DIRECCIÓN
Albert Boadella
ACTORES
Jesús Agelet
Begoña Alberdi
Josep M. Fontserè
Ramon Fontserè
Joan Gallemí
Ramon Llimós
Minnie Marx
Pilar Sáenz
Xevi Vilà
EQUIPO ARTÍSTICO
Dirección y espacio escénico: Albert Boadella
Ayudante de dirección: Lluís Elias
Colaboración literaria: Josep M. Arrizabalaga
Atrezzo y decoración: Xavier y Jordi Bulbena
Escenografía,realización y sonido: Jordi Costa
Sonido: Estudio Oido
Dirección musical: Joan Albert Amargós
Figurines: Deborah Chambers
Iluminación y diseño: Josep Fernández
Montaje: Antonio Pinós – Bernat Jansà
Diseño de iluminación: Bernat Jansà
Proyecciones: Manuel Viecente
Diseño de vestuario: Pilar Sáenz Recoder
Diseño espacio sonoro: David Angulo
Dirección técnica: Pere Llach