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la obra

Estrenado el 10 de septiembre de 1999 en el Teatro Jardí de Figueres (Girona), población donde nació Salvador Dalí. Se representó hasta el 16 de septiembre de 2001.

El último delirio

El niño Dalí primero quiso ser cocinera, después Napoleón y finalmente se decidió por ser ni más ni menos que Salvador Dalí. Desde muy temprana edad comprendió que la impunidad infantil, con sus delirios y excitantes misterios, formaban el universo que necesitaba retener sin dejarse domesticar frente al mundo adulto, construido sobre la neurosis de la realidad convencional.

Sus intenciones tuvieron en este sentido un éxito total y Dalí consiguió morir niño, jugando sádicamente con la muerte durante años de agonía, tan sólo por intentar verle el rostro a la intrusa, en una mezcla de curiosidad y temor infantil. Sus obras, su libertad, las inclinaciones eróticas, el amor con Gala o su descarnada desfachatez, revelan la autenticidad de una existencia enormemente seria y rigurosa, por estar precisamente fundamentada en el juego constante. Este singular proceder despertó una gran seducción pública, quizás porqué la teatralización de su vida provocaba en las masas un efecto catártico ante el impudoroso despliegue de individualidad.

El Dalí que nosotros hemos conocido durante meses en nuestra sala de ensayos se ha comportado como un hombre cruelmente sincero, ingenioso, provocador, imprevisible y libertario; en definitiva, un ser ecológicamente imprescindible para contrarrestar el empalagoso exhibicionismo de bondad farisaica que nos invade. Dalí no quiso nunca mostrarse bueno ni políticamente correcto, detestaba el buen gusto burgués y la arrogancia de las élites intelectuales que contraatacaban el desprecio, relegando su enorme lucidez entre la locura y la comercialidad.

En nuestros días, un pecador semejante debería ser merecedor de admiración y confianza, por ello la memoria de tan placenteras horas en común la hemos sintetizado con toda pasión y parcialidad como delirio final, cuyo título es la palabra que más le gustaba pronunciar:DAAALÍ.

DIRECCIÓN

Albert Boadella

ACTORES

Jesús Agelet
Xavier Boada
Sílvia Brossa
Ramon Fontserè
Minnie Marx
Montse Puig
Dolors Tuneu
Jordi Rico
Pep Vila

EQUIPO ARTÍSTICO

Dramaturgia y dirección: Albert Boadella
Ayudante de dirección: Lluís Elias
Asistentes a la dirección: Genoveva Pellicer
Montse Mitjans
Jordi Costa

Diseño espacio escénico: Albert Boadella
Lluc Castells

Diseño vestuario: Mariel Soria
Atrezzo: Lluc Castells
Infografía: Xavier Gallart
Iluminación: Bernat Jansà
Pantalla electrónica: Judith Tello
Técnicos de escenario: Jesús Pavon Díaz
Josep Abellan

Sonido: Francesc Busquets
Director técnico: Jordi Costa
Director de producción: Josep M. Fontserè

Coreografía “Danza de la muerte”: Cesc Gelabert
Preparación física: Sílvia Brossa
Dicción: Genoveva Pellicer
Esgrima: Pep Mora
Diario de ensayos: Montse Mitjans
Sastre: Manuel Peña
Construcción armaduras: Fernando Garreta
Prensa: Nati Palomo
Coordinación giras: Sergi Subirachs
Giras internacionales: FRANCESC PUÉRTOLAS
Realización pelele: Lluís Traveria
Realizador documental: Llorenç Soler
Producción documental: Gara Produccions/Mallerich Audiovisuals

Fotografía: Consuelo Bautista
Diseño gráfico: Jaume Bach
Fotografía cartel: Joan Carles Milà
Sonido: Estudi Oido
Construcción de decorados: Castells Planas
Estructuras metálicas: Tallers Pascualín
Electricidad: Eléctrica Gafonal
Embalajes: Strong
Edición digital: Gen-Lock Video
Diseño y realización pantalla: Odeco Electronics

Nuestro agradecimiento a Antoni Pitxot, pintor y amigo de Salvador Dalí, por su colaboración.


Diseño de iluminación: Bernat Jansà
Proyecciones: Manuel Viecente
Diseño de vestuario: Pilar Sáenz Recoder
Diseño espacio sonoro: David Angulo
Dirección técnica: Pere Llach

UNA PRODUCCIÓN DE

CON LA COLABORACIÓN DE